Benito Núñez Quintanilla, el Director General de la Marina Mercante Española, considera que los riesgos en la mar son de menor cuantía
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- Published on Monday, 28 November 2022 07:55
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Las condiciones de vida y trabajo en la mar son más arriesgadas, más duras y penosas que los trabajos en tierra firme, aunque los hay extremadamente duros.
Los horarios de trabajo, con nocturnidad, turnicidad, jornadas que salvo excepciones se prolongan diariamente, incluidos festivos, sábados y domingos más allá de lo legalmente establecido
La siniestralidad en la mar supera a la de cualquier otro sector productivo,
Los barcos deficientemente diseñados son centros de trabajo de alto riesgo.
Ruidos, olores a gasóleo, vibraciones, productos tóxicos, cargas nocivas, movimientos violentos, etc. hacen la vida abordo incomoda y difícil.
El equipamiento personal en muchos casos no cumple los mínimos legales.
El muchos pesqueros, ranchos y camastros dan asco.
La Inspección de trabajo está ausente.
El Instituto Social de la Marina. Ni social ni de la Marina. Los controles médicos. ¿?
No se respetan las fechas de vacaciones.
Se tolera que las Capitanías despachen los barcos con graves irregularidades.
El caso del "Villa de Pitanxo" es reciente y muy grave. ¡Vigo, otra vez Vigo¡. El relajo es evidente.
Deseamos que la Justicia, actúe como debe.
La ministra de Transportes y su sequito da la sensación que de la mar solamente se enteran cuando van a la playa.
Y Benito, a sus anchas, destrozando día a día la Marina Civil, con sus ocurrencias de ignorante atrevido.
El sector está hundido, desprofesionalizado, "gibarizado", en caída libre, dedicado al tráfico doméstico. Y la solución, según Benito y sus principales es relajar aún más las condiciones de vida y trabajo a bordo. Y para eso nada mejor que bajar un escalón más hacia la cloaca de las banderas piratas.
Y ante esta situación qué hacen los más afectados: silencio, y en algunos casos, puro amarillismo.
¡Esta situación no es sostenible¡. ¡Este no es el camino¡
Y no basta con darse golpes de pecho y exclamar, ¡Ave María Purísima¡
¡¡Cuanta soberbia¡, ¡¡Cuanto cinismo¡¡.