l capitán Lagier, héroe, revolucionario
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- Category: Historia de la Marina Civil
- Published on Saturday, 25 February 2023 05:02
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El capitán Lagier, héroe, revolucionario y espiritista (2020)
Enviado por Luis Pueyo García el Dom, 24/01/2021 - 22:05
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El capitán de la marina mercante Ramón Lagier fue un personaje de leyenda no solo porque tuvo un papel destacado durante los preparativos de la Revolución Gloriosa de 1868 al servicio del que consideraba su amigo, el general Prim, sino por otros avatares de su vida que lo llevaron a ser reconocido por su valentía y arrojo por toda Europa. Castigado en vida por la muerte violenta de su hijo y el maltrato de sus hijas a manos de un jesuíta en Marsella, se acabó acercando al espiritismo y fue ferviente anticlerical. Revolucionario, republicano y espiritista.
El capitán de la marina mercante Ramón Lagier fue un personaje de leyenda, de esos que podría servir para escribir una buena novela o protagonizar una fantástica película y no solo porque tuvo un papel destacado durante los preparativos de la Revolución Gloriosa de 1868 al servicio del que consideraba su amigo, el general Prim, y el resto de revolucionarios, sino por otros avatares de su existencia que lo llevaron a ser reconocido por su valentía y arrojo por el gobierno francés, al socorrer al buque Victor Henriette, obteniendo una medalla de plata con la efigie del emperador Napoleón III con la siguiente dedicatoria :
«A Raymond Lagier, capitán de navío español de Alicante. Servicios a la marina mercante francesa. 1859».
También fue recompensado por otros actos de heroísmo al salvar a la tripulación del bergantín Salvador y el vapor Marsella. Tanta fama obtuvo en labores humanitarias que llegó a ser distinguido por el mismísimo monarca de Prusia Guillermo I y hasta por la misma reina Isabel II a la que después ayudó a destronar y expulsar del país junto al resto de revolucionarios del 68. Pero no queda ahí la cosa: escritor, político de ideología republicana y espiritista. Lagier fue el introductor en España de El libro de los espíritus, de Allan Kardec, la denominada biblia del espiritismo, por su acercamiento a esta doctrina espiritual a raíz de las trágicas y dolorosas experiencias familiares que le llevaron a pasar por un exacerbado anticlericalismo centrado en un inmenso odio a los jesuítas.
Hijo de un comerciante liberal de origen francés encarcelado por Fernando VII durante la década absolutista, Ramón Lagier Calpena y de la ilicitana Teresa Pomares Sánchez, hija de un propietario rural de Valverde, pasó su infancia con su familia materna en Elche mostrando pronto interés por el mar y la naútica. A los 14 años, en 1835, embarcó en el pailebote “San José”, propiedad de un amigo de su familia. Un año después y según su propio testimonio:
«contaba con quince años de edad cuando hice mi primer viaje de grumete agregado a la náutica, en un bergantín cargado de sal de Torrevieja, con destino a la ría de Villaviciosa (Asturias).Llegamos a la barra de la ría a las cuatro de la tarde, hora de pleamar, del día 24 de diciembre del año 1836, fecha memorable en los anales de nuestra historia política, por ser ‘La Nochebuena’ en que el inmortal Espartero rompió el cerco de la invicta Bilbao, bloqueada por los ejércitos carlistas.(…)Salió la lancha del práctico del puerto Tasones, tripulada por catorce hombres, y hubimos de observar que todos estaban borrachos, pero no había más remedio que acometer la barra bajo la dirección del práctico. Ya pasado el punto de más peligro y cuando nos creímos a salvo, hicieron una falsa maniobra y nos encallaron el buque en un banco llamado ‘el pozo de la arca’. Allí encallados, se cerró la noche más cruel y tempestuosa que pueda imaginarse, según hemos referido, y a la baja mar se partió el buque en dos pedazos. Nos apresuramos a salvar las vidas con la lancha, atravesando la ría hacia la costa que llaman del Puntal. Yo iba descalzo, y al arrojarme desde el buque a la lancha se me clavó una astilla de madera en la planta del pie derecho, astilla que se rompió y quedó clavada en el pie, herido y ensangrentado. ».
En 1838 consiguió los certificados de trabajos teóricos y prácticos de la carrera de marino, obteniendo el título de tercer piloto de comercio para mares europeos. Embarcó en el navío ‘San Antonio’ con destino a La Habana y en 1840 fue nombrado capitán del laúd ‘La Esperanza’, con 19 años, propiedad de un armador de Villajoyosa. También fueron comandados por Lagier el ‘Joven Teresa’, ‘Encarnación’, ‘Pepito’ y el vapor ‘El Buenaventura’.
Las desgracias personales fueron decisivas en su vida. La primera derivada de la epidemia de cólera de Alicante de 1854 en la que fallecieron su mujer Mª Vicenta y gran parte de su familia. Epidemia en la que falleció el gobernador provincial Trino González de Quijano tras una heroica actuación. Tras la desgraciada desventura sería nombrado capitán del “Hamburgo” el primer vapor mercante con el que contó España. El marqués de Comillas, enriquecido con el tráfico de esclavos en Cuba, lo contrató para su compañía, realizando trayectos entre Marsella y Alicante.
Fue en la ciudad francesa dónde sufrió una de sus peores tragedias personales. Dejando a sus hijos al cargo de un desalmado personaje vinculado a los jesuitas ( sufrieron abusos sus hijos, falleciendo de resultas su hijo Vicente Lagier en el interior del seminario y otras dos de sus hijas bajo custodia de la casa armadora de Marsella parece que acabaron siendo prostituidas. Desesperado tras estos sucesos, gastó ingentes cantidades de dinero en buscar justicia, llegando a entrevistarse con el emperador Napoleón III y Eugenia de Montijo. No logró satisfacción a sus desagravios y por casualidad encontró en una librería marsellesa el “libro de los espíritus” de Allan Kardec que le sedujo, siendo a partir de entonces seguidor del movimiento espiritista e introduciéndolo posteriormente de manera ilegal en España a bordo del nuevo vapor que capitaneó llamado “Le Monarch” (el monarca), paradójico nombre en quien sería un ferviente republicano.
»En las procesiones que se hacían en Marsella se levantaba un altar muy adornado a la puerta de la casa de este señor banquero de los jesuitas, y al pasar la procesión, paraban las músicas, y el señor obispo de Marsella, bajo palio, recitaba una oración en latín, en voz alta y sonora, en alabanza de aquella santa casa y, del santo varón Emanuel Olivieri. »Este señor banquero, santo varón, que jamás había frecuentado ni un teatro ni un café, estaba encargado de mis hijas menores, huérfanas de madre; él desempeñaba las veces de padre en mis ausencias por el servicio que yo hacía al Comillas y a él, dueños del vapor. »En uno de estos viajes, que con mucha maña y dañada intención me hicieron ir comisionado a Bélgica atentó el de Marsella al pudor de mis adoradas hijas: hechos graves, sucios y escandalosos; y además, me mataron un hijo hermosísimo en «Le Petit Seminai». Murió este niño, de doce años de edad, envuelto entre las alfombras y esteras viejas en la buhardilla del seminario, y se enterró sin certificado de ningún médico, con sospechas fundadas de sodomía
Revolucionario, republicano y anticlerical
Debido a su trayectoria anticlerical y revolucionaria, utilizó el vapor “Le Monarch” (el monarca) al servicio de la subversión política antiborbónica. Amigo de Emilio Castelar, al que sacó de un grava apuro económico y ya al servicio de los antimonárquicos, trabó una sincera amistad con el general Prim, ofreciéndole su vapor para la conspiración que desembocó en la Revolución Gloriosa de 1868 que acabó con los borbones expulsados del país. Entonces comandaba el “Buenaventura”, barco mejor dotado, anteriormente llamado Harrier que aparece junto a su capitán en la ficción durante varios episodios de la novela “La de los tristes destinos” de los episodios nacionales de Benito Pérez Galdós. También había aparecido en el episodio “Prim” de la cuarta serie del escritor canario. Con su barco liberó desde Canarias al general Serrano, trasladándolo el 18 de septiembre de 1869 hasta Cádiz justo cuando Prim había iniciado la revuelta antiborbónica. A pesar de su apuesta republicana aceptó la decisión de su amigo Prim de sentar en el trono al hijo del rey de italia Amadeo de Saboya, hecho que había desencadenado la guerra franco-prusiana que condujo a la unificación del II Reich de Alemania. A las órdenes del general Prim viajó a Nueva York para negociar con el líder independentista cubano Carlos Manuel de Céspedes pero el asesinato del líder progresista hechó por tierra toda solución pactada.
En las elecciones a cortes constituyentes denuncia la manipulación electoral desde el diario “La discusión” de Madrid de enero de 1869. Asegura lo siguiente:
«Según las noticias que se reciben de los pueblos de esta provincia sobre el resultado de los escrutinios parciales, ha triunfado la candidatura republicana por una considerable mayoría. En Elche, no hemos tenido más que una insignificante oposición. Nos han hecho un juego de cubiletes en el campo y pueblo de Orihuela. Parece imposible que haya ministros que se rodeen de gentes tan despreciables como yo veo en el mundo»
Según el citado diario se señala que:
«los monárquicos de Alicante se han despachado a gusto(…). La candidatura republicana había obtenido 14.000 votos en Alicante y en la mayor parte de los pueblos de la provincia(…) y la monárquica solo 8.000 votos. Pues bien, faltantdo solo la votación de Orihuela, la candidatura monárquica ha sobrepujado a la republicana llegando a 26.000 votos. ¿De dónde han salido 18.000 sufragios, diferencia entre los ocho mil y los ventiseismil? ».
Se evidenciaba así el fraude electoral que privó a Ramón Lagier de su elección como diputado y las maniobras políticas que alteraron las votaciones. Se retiró de la política a su vivienda en el campo ilicitano, en la partida de Valverde. Allí se casó por segunda vez y tuvo otro hijo.
Al llegar la Restauración militó brevemente en el Partido Republicano Posibilista de Eleuterio Maisonnave (que curiosamente nació en el mismo edificio de Alicante que Lagier). Sin embargo en 1886, tras decepcionarse con el giro monárquico de su antiguo amigo Emilio Castelar, apoyó entonces, al Partido Republicano Progresista de Manuel Ruiz Zorrilla, al que consideraba el mejor líder republicano posible para España. En 1890 aparece como representante electo de la concentración republicana por el distrito de Santa Pola. Todavía tuvo tiempo Lagier de tener un papel destacado en la vida política, escribiendo innumerables artículos en prensa, colaborando con artículos en Las Dominicales del Libre Pensamiento y en periódicos republicanos como La Unión Democrática o El Buen Sentido, de carácter espiritista. También publicó: Algún miedo la tuve. Escrita en el mar gobernando "El Monarca". Marsella, s. i., 1868, 8º, 30 págs., La cadena del crimen. Drama en tres actos y en verso y Teresa o las apuestas. Drama en tres actos y en verso . El 21 de marzo de 1886 se incorporó como vocal del Consejo de Administración de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Elche.
En artículo escrito en el diario La Justicia el 7 de Mayo de 1896 señala, ardoroso ,desde su retiro ilicitano:
«Queridos compatriotas, si queréis regenerar esta nación, debéis protestar solamente contra la monarquía; os lo dice un anciano práctico que conoce la historia mejor que Castelar, el chapucero Castelar. ¿Cómo queréis que nos quieran en América? ¿Hace tanto tiempo que fue allí la escuadra monárquica a bombardear los pueblos del Pacífico? Sí, señores; por haber dicho un periódico americano que la reina Isabel hacía agua, gastamos muchísimos millones defendiendo a nuestra Dulcinea, nuestra reina gorda, la de la rosa de oro, que le regaló Pío IX como símbolo de virtud y de pureza. ¡Abajo los reyes! ha de ser el grito de todos los pueblos. En el desaguisado de Cuba hay que atacar la causa más que al efecto».
Falleció junto a su segunda mujer, con la que tuvo descendencia ilicitana, en octubre de 1897, siendo su entierro en el cementerio viejo de Elche una gran manifestación popular de dolor en la ciudad. Llevaron las cintas del féretro miembros de la junta del centro republicano y los presidentes del círculo federal y socialista, cuyo centro de unión le dedicó una corona, acompañado también la música municipal hasta la salida de la población. Enterrado en el cementerio viejo, los oradores del citado centro encomiaron sus virtudes cívicas en fogosos discursos. Según recoge el diario La correspondencia alicantina:
«El acompañamiento ha sido de los que no se acostumbran a ver en Elche. El cortejo ha recorrido las principales calles de la población. La música 'La Veterana', que dirige D. Camilo Blasco, prestaba a su afecto a la grandiosa manifestación con sentidas marchas. Los niños del Liceo Lagier, con velas. Presidían el duelo, por la familia, el señor D. Jaime Brotons Mora, y por el partido, el decano de los zorrillistas ilicitanos, D. Juan Bautista Javaloyes. Comisiones de Alicante, Crevillente, Santa Pola y otros puntos han asociado su duelo al que todos sentimos por tan sensible pérdida. El cortejo pasó por delante del 'Círculo de Unión Republicana' y hasta el cementerio la manifestación iba engrosando de una manera grandiosa. Ya en la última morada, se desbordó el sentimiento general que la pérdida de semejante hombre ha producido para la democracia de Elche, por boca de distinguidos oradores que en brillantes períodos han recorrido los hechos culminantes de la vida del capitán Lagier. Los señores Sevila y López Campello, de modo elocuentísimo tributaron a la memoria del ilustre ilicitano, frases que no se borrarán jamás de nuestra alma».
Una calle de Elche y otra en Alicante tomaron su nombre. Durante la dictadura franquista fue borrado del callejero (todo lo que oliera a libertad y progreso fue eliminado en esa época) para regresar en democracia solamente en la ciudad ilicitana, no así en su ciudad natal, en donde sigue sin reconocimiento, ni siquiera en la casa en la que nació, que todavía pervive. En el cementerio ilicitano, hace años en peligro de destrucción, recibió justo homenaje con una nueva lápida, enterrado junto a sus familares.
Bibliografía:
Castaño García, Joan (1987): Ilicitanos en la historia, Ed. Radio Elche, Elche, pp. 97-101.
Ibarra, Pedro (1901): Apuntes para ilustrar la biografía del bravo capitán del Buenaventura, Ed. Francisco Ferrández Díaz. Elche.
Santo Matas, Joaquín (2009). Treinta alicantinos al servicio de la humanidad. Ed. Rotary Club Alicante. Pp.170-178.
Martínez, Cayetano (1887): Biografía del capitán Lagier. Elche, 1987.
Pérez Galdós, Benito: La de los tristes destinos (ed. Historia 16, 1995), cap. XXV, p. 182
Sala Aniorte, Francisco (2015): Una carta del capitán Lagier. Semanario Vista Alegre. Torrevieja
Diario “La discusión” de Madrid de enero de 1869. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Madrid.
Diario “La república” de Madrid febrero de 1890. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Madrid.
Diario “La justicia”. 7 de Mayo de 1896. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Madrid.
Diario “La correspondencia alicantina”. Alicante. Octubre 1897. Biblioteca Virtual de Prensa História. Madrid.
Lagier Pomares, Ramón. Artículo en Cátedra Pedro Ibarra
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