Piratería atlántica, amenazas actuales y gobernanza marítima en el Golfo de Guinea

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Por Maisie Pigeon

Resultados finales desde el principio

  • El aumento de las medidas de seguridad a bordo y otras medidas han reducido la incidencia de la piratería, pero los capitanes y las tripulaciones deben permanecer vigilantes ante lo que ahora es un desafío de seguridad generalizado y complejo, arraigado en la pobreza persistente y las insurgencias en tierra, particularmente en Nigeria, un país rico en petróleo.
  • La amenaza se extiende a los países vecinos, entre ellos Benín, Togo, Ghana y, eventualmente, Costa de Marfil, Camerún, Guinea Ecuatorial y Gabón, donde los incidentes suelen clasificarse como robos a mano armada en el mar y ocurren dentro de aguas territoriales.
  • Es fundamental desmantelar las redes que sustentan la piratería mediante el procesamiento selectivo de quienes financian y organizan los crímenes, junto con programas para crear medios de vida alternativos.
 
 

Tras una década de colaboración, el Centro de Políticas para el Nuevo Sur y el Consejo Atlántico han unido fuerzas en torno a un nuevo programa centrado en el poder del Atlántico. Esta serie de publicaciones y seminarios web se centrará tanto en las oportunidades como en los desafíos de la cuenca.

A pesar de la reciente disminución de los incidentes denunciados, la piratería en el Golfo de Guinea sigue siendo un grave problema de seguridad y desarrollo. Extendiéndose desde Senegal hasta Angola, el Golfo es una de las regiones marítimas de mayor importancia estratégica del mundo, sirviendo como corredor vital para el transporte marítimo internacional, albergando importantes rutas de exportación de petróleo y gas, y sustentando el comercio regional y el sustento de millones de personas. Sin embargo, persisten las causas subyacentes de la delincuencia marítima, como la deficiente aplicación de la ley, el alto desempleo juvenil y las limitadas oportunidades económicas.

Este informe evalúa el estado actual de la piratería en el Golfo de Guinea, analiza las tendencias de la actividad delictiva, evalúa la eficacia de las respuestas regionales e internacionales y explora las vías para lograr una seguridad marítima duradera. Se requiere una respuesta integral que incorpore mecanismos de cumplimiento, buena gobernanza, resiliencia comunitaria y desarrollo económico. Ante la persistente dependencia global de las rutas marítimas, garantizar la seguridad y la sostenibilidad del Golfo de Guinea no es solo una prioridad regional: es un imperativo internacional.

Introducción

La piratería en el Golfo de Guinea (GdG) sigue siendo un grave problema de seguridad y desarrollo, a pesar de la reciente disminución de los incidentes reportados. Extendiéndose desde Senegal hasta Angola, el Golfo de Guinea es una de las regiones marítimas de mayor importancia estratégica del mundo, sirviendo como corredor vital para el transporte marítimo internacional, albergando importantes rutas de exportación de petróleo y gas, y apoyando el comercio regional y los medios de vida de millones de personas en comunidades costeras. Esfuerzos internacionales y regionales coordinados, como la Arquitectura de Yaundé para la Seguridad Marítima, el acuerdo regional de cooperación e intercambio de información para combatir la piratería y los delitos marítimos en África Occidental y Central, han contribuido a mejorar la gobernanza marítima y a la disminución de los ataques de piratería. Sin embargo, persisten las causas subyacentes de los delitos marítimos, como la aplicación deficiente de la ley, el alto desempleo juvenil y las limitadas oportunidades económicas en la zona costera.

Sin embargo, una disminución de los ataques no significa necesariamente que la piratería se haya resuelto. Los grupos piratas han adaptado sus tácticas y el potencial de resurgimiento sigue siendo alto; el impacto económico y psicológico en los marineros, las compañías navieras y las comunidades locales continúa, socavando la confianza de los inversores y el desarrollo regional. La atención, la inversión y la voluntad política sostenidas son esenciales para proteger el ámbito marítimo.

Este estudio busca evaluar el estado actual de la piratería en el Golfo de Guinea, analizar las tendencias de la actividad delictiva, evaluar la eficacia de las respuestas regionales e internacionales y explorar las vías para una seguridad marítima duradera. Se requiere una respuesta integral que incorpore mecanismos de cumplimiento, buena gobernanza, resiliencia comunitaria y desarrollo económico. Ante la persistente dependencia global de las rutas marítimas, garantizar la seguridad y la sostenibilidad del Golfo de Guinea no es solo una prioridad regional, sino un imperativo internacional.

Historia de la piratería y el robo a mano armada

La piratería y el robo a mano armada en el Golfo de Guinea se han visto condicionados por el comercio marítimo, la inestabilidad política y la débil gobernanza costera, que han convertido a la región en un foco persistente de delincuencia marítima. Estos delitos han pasado de ser incidentes oportunistas a un complejo problema de seguridad, arraigado en insurgencias en tierra firme, especialmente en Nigeria, un país con una rica industria petrolera.

La piratería y el robo a mano armada en el Golfo de Guinea han generado preocupación internacional durante las últimas dos décadas, y algunos analistas comparan la región con la crisis anterior frente a las costas de Somalia, debido a su frecuencia, violencia e impacto desestabilizador en la seguridad marítima. Sin embargo, a diferencia de la piratería en África Oriental, la mayoría de los incidentes que ocurren frente a África Occidental se clasifican como robo a mano armada en el mar, en lugar de piratería, ya que la mayoría de los incidentes ocurren dentro de aguas territoriales, a diferencia de la piratería, que ocurre en aguas internacionales. 1 Además, los actores emplean diversas tácticas en África Occidental, incluyendo el abastecimiento ilegal de petróleo y el secuestro para pedir rescate, mientras que los piratas somalíes generalmente se adhieren al secuestro y el secuestro para pedir rescate, manteniendo como rehenes tanto al barco como a la tripulación hasta que se paga un rescate. 2 En Somalia, una combinación de inestabilidad política y pobreza extrema alimentó la crisis de la piratería, mientras que en África Occidental, los incidentes están históricamente relacionados con la riqueza petrolera de la región y las insurgencias en tierra firme destinadas a desestabilizar a las compañías petroleras multinacionales. 3 El volumen de buques de la industria petrolera que transitan por el Golfo de Guinea brindó la oportunidad para el abastecimiento ilegal de petróleo, lo que permitió a los actores criminales secuestrar un buque para extraer su producto petrolero para su venta en el mercado negro. 4 En África Occidental, el robo de petróleo crudo está vinculado a un legado de desigualdad económica, corrupción y redes criminales dentro de la región. 5

El abastecimiento ilegal de petróleo puede representar un enorme retorno de la inversión para los perpetradores, si las condiciones son las adecuadas. Sin embargo, también es un proceso complejo, que brinda a las autoridades un margen considerable para responder a los incidentes. Debido a esto, tras la caída mundial del precio del barril de petróleo en 2014, los grupos piratas de la región recurrieron al secuestro extorsivo. En estos incidentes, los grupos piratas toman como rehenes a miembros de la tripulación de alto valor, como el capitán, el primer oficial o el jefe de máquinas. Estos tripulantes son retirados del buque y retenidos en campamentos en tierra, a menudo en el delta del Níger, mientras los piratas esperan pagos de las compañías navieras o sus familiares. 6 Los grupos piratas de la región son muy adaptables y se sabe que alternan entre tácticas, dependiendo de la relación riesgo-beneficio.

En promedio, las situaciones de toma de rehenes en África Occidental se resuelven mucho más rápido que las de la costa somalí, en cuestión de días o semanas, a diferencia de los años que tardan en resolverse en Somalia. Sin embargo, aunque son más breves, los incidentes de toma de rehenes en el Gobierno de Ghana tienden a ser más violentos, y exrehenes denuncian violencia física y abusos durante su cautiverio. 7

Panorama de la piratería en el Golfo de Guinea 2020-2025

Tras alcanzar su punto máximo a mediados de la década de 2010, la actividad pirata en el Golfo de Guinea ha disminuido en los últimos años. Esta disminución en los incidentes generales se atribuye a menudo a una combinación de esfuerzos de actores regionales e internacionales, como la Agencia de Administración y Seguridad Marítima de Nigeria (NIMASA), la Armada de Nigeria y las armadas del Grupo de los Siete Amigos del Golfo de Guinea (G7++ FoGG) 8. Algunos analistas predicen una "estabilización" de la situación de seguridad en 20259. Sin embargo, según otros, el Golfo de Guinea sigue estando en alto riesgo9.

Si bien el número de incidentes ha disminuido, la actividad se ha extendido por toda la región. Entre 2010 y 2015, la piratería en el Golfo de Guinea se concentró fuertemente frente a las costas de Nigeria. 11 A medida que las fuerzas de seguridad nigerianas intensificaron las patrullas y aumentó la cooperación naval internacional, el área de operaciones de piratería se ha expandido gradualmente. Entre 2015 y 2018, se observó una notable propagación de los ataques a países vecinos, como Benín, Togo, Ghana y, finalmente, a Costa de Marfil, Camerún, Guinea Ecuatorial y Gabón.

Causas fundamentales y factores facilitadores

Aunque los expertos en riesgos marítimos observan una reciente disminución de la actividad de piratería en el Golfo de Guinea, los factores socioeconómicos subyacentes que la estimularon no han desaparecido. 12 Por lo tanto, las tripulaciones marítimas que transitan por la región deben permanecer vigilantes.

De hecho, una confluencia de factores convierte la piratería y el robo a mano armada en el mar en una amenaza constante para la región del Golfo de Guinea. Entre ellos, se encuentran las prioridades de seguridad contrapuestas que desvían la atención y los recursos de las amenazas marítimas, dejando vulnerables vastas zonas costeras. La pobreza extrema lleva a muchas comunidades costeras a considerar la piratería como una alternativa económica viable ante la falta de medios de vida sostenibles. La corrupción y la limitada capacidad de aplicación de la ley debilitan el estado de derecho, permitiendo que los grupos piratas operen con relativa impunidad. Si bien la cooperación multinacional ha mejorado en los últimos años, la falta de una estrategia regional cohesionada continúa socavando la eficacia de las iniciativas conjuntas de seguridad marítima. 13

 

Pobreza regional endémica

 

La pobreza en la región sigue siendo un grave riesgo de actividad delictiva persistente, lo que puede crear un ciclo que perjudica las perspectivas de vida en la región. Pigeon y Moss describen el problema:

Dado que la piratería puede ser altamente rentable, las personas que viven a lo largo de la costa sin trabajo pueden recurrir a la delincuencia para obtener ingresos, el sentido de propósito e incluso la dignidad que conllevan esas mejores perspectivas. Sin embargo, la delincuencia simplemente perpetúa los problemas económicos en estas comunidades, a la vez que crea incentivos para que otros también recurran a la delincuencia. 14

En particular, las operaciones piratas requieren una inversión significativa (en esquifes, motores, armas, sobornos y personal) por parte de quienes un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) denomina facilitadores de alto nivel. 15 Estos patrocinadores e inversores respaldan las operaciones de los grupos piratas y, a su vez, "se llevan la mayor parte del botín". 16 Desmantelar estas redes financieras es tan importante como perseguir a los piratas en el mar. Romper este ciclo requiere abordar los desafíos socioeconómicos de la región que hacen que la delincuencia marítima sea atractiva. Las comunidades costeras se enfrentan a una serie de amenazas externas apremiantes y complejas para sus medios de vida, como el cambio climático y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), que ejercen una presión significativa sobre los medios de vida legales como la pesca. La delincuencia marítima agrava aún más estos desafíos, disuadiendo las inversiones en negocios legítimos y debilitando la gobernanza. 

 

Débil capacidad de cumplimiento y prioridades de seguridad en pugna

 

Es poco probable que la mayoría de los ciudadanos de la región consideren la piratería y el robo a mano armada como la amenaza más importante para la seguridad cotidiana en los países litorales de África Occidental. Las fuerzas de seguridad estatales de Benín, Costa de Marfil, Ghana, Togo y Nigeria se enfrentan a una amenaza persistente y creciente de terrorismo desde el norte, que desvía la atención y los recursos de la costa. 17 Otras redes criminales, como las dedicadas al tráfico de drogas y personas, también presionan los esfuerzos de seguridad marítima en la región y existe preocupación por el nexo entre el terrorismo y la delincuencia organizada transnacional, como lo demuestra el lanzamiento por parte de la ONUDD y el UNICRI de un proyecto de desarrollo de capacidades para abordar este mismo problema en toda África. Los funcionarios gubernamentales tienen presupuestos limitados y deben determinar las prioridades en las que invertir, y la reducción del apoyo internacional de países como Estados Unidos, Francia y el Reino Unido presiona aún más los recursos para abordar las deficiencias de seguridad marítima.

 
 

La corrupción y la deficiente aplicación de la ley facilitan la piratería en el Gobierno de Guyana, permitiendo que las redes criminales operen con casi total impunidad. Los grupos piratas sobornan sistemáticamente a miembros de las fuerzas de seguridad y políticos para comprar protección y asegurar que sus actividades ilícitas pasen desapercibidas. 18 La complicidad desde dentro de las instituciones estatales socava el Estado de derecho y fomenta un clima propicio para la piratería, lo que permite que estos grupos prosperen y expandan su alcance en toda la región.

La corrupción sistémica agrava el deficiente funcionamiento de los mecanismos de aplicación de la ley y de los sistemas jurídicos, lo que resulta en una impunidad casi total para los piratas. A pesar de los esfuerzos continuos por integrar las leyes de seguridad marítima en los marcos jurídicos nacionales, los procesos judiciales siguen siendo escasos. Según la UNODC, solo tres casos de piratería han llegado a juicio en la última década —en Togo, Nigeria y Dinamarca—, a pesar de que solo en 2020 se registraron 115 incidentes de piratería.<sup> 19 </sup> Las demoras procesales, la falta de capacidad jurídica y las frecuentes negativas a transferir sospechosos a las jurisdicciones nacionales han contribuido a la escasez de procesos judiciales. <sup>20</sup> Sin marcos jurídicos sólidos y coordinados, ni la voluntad política para exigir responsabilidades a los perpetradores, la piratería seguirá siendo una amenaza persistente en la región.

 

Cooperación regional insuficiente

 

Los Estados del Gobierno de Guyana carecen de la capacidad de aplicación de la ley para abordar la piratería y el robo a mano armada por sí solos. 21 Estos delitos marítimos requieren una respuesta regional e intersectorial; sin embargo, estos países no están suficientemente equipados para defender sus aguas territoriales y sus extensas zonas económicas exclusivas. Si bien la cooperación regional ha mejorado, se necesita mayor coordinación y colaboración para fortalecer la capacidad de los organismos de seguridad marítima para abordar la piratería y el robo a mano armada en esta región. 22

Respuestas regionales e internacionales

Varios enfoques comparten el mérito de la reducción del número de incidentes observados en los últimos años en el Golfo de Guinea: mayor uso de medidas de seguridad a bordo (incluidos guardias armados a bordo), zonas de fondeadero seguras y patrullas más frecuentes de áreas de alto riesgo. 23 Además, el desarrollo de marcos que reúnen a líderes regionales, armadas de fuera del Golfo de Guinea, organizaciones multilaterales y la industria naviera han producido resultados impresionantes.

La ONU ha sido un socio importante de la región durante muchos años, y la atención y el compromiso del Consejo de Seguridad con la piratería en el Gobierno de Guinea culminaron en el Código de Conducta de Yaundé (CCYG), que dividió la región en cinco zonas, cada una con su propio centro de coordinación; los cinco centros comparten información y coordinan respuestas en toda la región. 24 El CCYG aborda una amplia gama de delitos marítimos en toda la región, incluida la piratería y el robo a mano armada en el mar. 25 En un ejemplo frecuentemente citado de coordinación regional exitosa, la efectividad del CCYG se ilustra quizás mejor con el incidente del MT Maximus de 2016 , en el que seis gobiernos del Gobierno de Guinea se coordinaron para rastrear la ubicación del buque secuestrado, lo que resultó en la captura del buque por parte de la Armada nigeriana y la liberación de los rehenes a bordo. 26

Sin embargo, la implementación del YCOC no ha estado exenta de desafíos, incluida una fuerte dependencia de socios externos para la financiación, mecanismos lentos de intercambio de información y la ausencia de leyes y marcos jurídicos armonizados para procesar los incidentes de piratería y robo a mano armada en el mar. 27 Si bien la Unión Europea (UE) ha sido un socio constante del YCOC, los desafíos de seguridad en Europa y los conflictos agudos en otras partes del mundo pueden reducir la atención internacional que se presta a la piratería en el Golfo de Guinea.  

Recomendaciones

Para combatir de forma sostenible la piratería, el robo a mano armada y otros delitos marítimos en el Golfo de Guinea, es esencial un enfoque multifacético y colaborativo. Las siguientes recomendaciones reflejan prioridades clave que abordan tanto las preocupaciones inmediatas de seguridad como las causas profundas de la inseguridad marítima. En primer lugar, la colaboración regional continua y reforzada y el intercambio de información deben seguir siendo la piedra angular de las iniciativas contra la piratería. Los Estados del Golfo de Guinea también deben priorizar la armonización de los marcos jurídicos nacionales, como se describe en el Código de Conducta de Yaundé, para facilitar un enjuiciamiento más eficaz de la piratería y los delitos conexos.

Los procesos judiciales selectivos deben centrarse no solo en quienes perpetran ataques en el mar, sino también en quienes los financian y organizan, quienes se benefician al máximo de los incidentes de piratería. Al mismo tiempo, las soluciones a largo plazo requieren programas que construyan medios de vida alternativos en las comunidades costeras afectadas por la pobreza y la marginación, factores que impulsan el reclutamiento para la piratería. Combatir las actividades delictivas que amenazan los medios de vida costeros legales, como la pesca INDNR por parte de flotas internacionales de alta mar, es una pieza clave. Explorar más a fondo las colaboraciones público-privadas puede fomentar la creación de empleo y la responsabilidad social corporativa, especialmente en las regiones productoras de petróleo y gas.

Finalmente, los socios internacionales, incluida la UE, deben mantener y ampliar el apoyo a los marcos de seguridad regional y a las innovaciones tecnológicas, como los drones y los sistemas satelitales, para mejorar la respuesta naval y las capacidades de coordinación. Les conviene estratégicamente continuar invirtiendo en estas iniciativas para proteger una ruta comercial crucial y los intereses económicos y de desarrollo conexos, así como para combatir la delincuencia transnacional que puede afectar directamente a regiones externas como la UE.

  1. Continuar y fortalecer la colaboración regional y el intercambio de información: Esta colaboración e intercambio de información son esenciales para rastrear, disuadir y responder eficazmente a los incidentes de piratería que a menudo cruzan las fronteras marítimas. Una mejor coordinación regional permite tiempos de respuesta más rápidos, mejor inteligencia y un uso más eficiente de los limitados recursos de seguridad marítima. Armonizar los marcos jurídicos, como se recomienda en el Código de Conducta de Yaundé, es igualmente crucial para garantizar que los piratas puedan ser procesados de forma coherente y eficaz, cerrando las lagunas legales que permiten a los infractores evadir la justicia. 
  2. Enjuiciamientos selectivos: Es crucial perseguir a los actores piratas de alto nivel, incluidos inversores y facilitadores, ya que facilitan y se benefician de la delincuencia marítima, pero permanecen en gran medida aislados del riesgo directo. El enjuiciamiento de estas figuras clave puede desmantelar las redes financieras y logísticas que sustentan la piratería, dificultando la continuidad o reagrupación de las operaciones y reduciendo la influencia política que estos grupos pueden ejercer mediante el soborno o la coerción.
  3. Crear programas para fomentar medios de vida alternativos: Los esfuerzos para fortalecer la respuesta naval y el seguimiento legal son insuficientes para eliminar la piratería si no se abordan las condiciones socioeconómicas subyacentes que impulsan a las comunidades costeras a la delincuencia. Los programas que fomentan medios de vida sostenibles son esenciales para reducir el atractivo de la piratería al ofrecer alternativas económicas viables.
  4. Mantener el apoyo de los socios internacionales: La UE y otros socios internacionales deberían mantener su apoyo a los marcos de seguridad regional del Golfo de Guinea y considerar aumentar la financiación para apoyar a los socios regionales en la adopción de nuevas tecnologías, como drones, imágenes satelitales y tecnología de comunicación mejorada, que pueden proporcionar actualizaciones en tiempo real y aumentar el tiempo de respuesta de las fuerzas navales. Las inversiones fortalecerían la concienciación sobre el ámbito marítimo y potenciarían la implicación regional sostenida en las respuestas de seguridad marítima.
 

Estas medidas conforman una estrategia integral que aborda tanto los síntomas como las causas profundas de la inseguridad marítima en el Golfo de Guinea. El compromiso sostenido de los gobiernos regionales, los actores de la industria y los socios internacionales es fundamental para el éxito a largo plazo de las iniciativas antipiratería.

Acerca del autor

Maisie Pigeon es la directora de la Coalición para la Transparencia Pesquera, una red internacional de organizaciones de la sociedad civil que trabaja para promover la transparencia de datos y la rendición de cuentas en el sector pesquero mundial. Durante casi quince años, ha trabajado en temas de seguridad marítima y gobernanza oceánica, con especial atención al África subsahariana, y ha sido autora de investigaciones para el Programa Mundial contra la Delincuencia Marítima de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Marítima Internacional y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África. Tiene una maestría en estudios internacionales de la Universidad de Denver y una licenciatura en ciencias políticas de la Universidad James Madison.

El autor desea agradecer a Cyrus Mody y a la Oficina Marítima Internacional por mantener informes sobre incidentes de piratería excepcionalmente completos y confiables.