El pesquero ´Nuevo Mugardos´ embarrancó en A Coruña por la desatención del patrón

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El buque encalló en las rocas de punta Herminia en noviembre n Sus ocho tripulantes salieron ilesos n El informe del accidente revela que navegaba con el piloto automático

manuel barrala coruña 01.06.2014 | 02:47

El arrastrero de Gran Sol ´Nuevo Mugardos´, amarrado a puerto. la opinión
El arrastrero de Gran Sol ´Nuevo Mugardos´, amarrado a puerto.
La Opinión ACoruña
 

La embarrancada del arrastrero de Gran Sol Nuevo Mugardos el pasado 25 de noviembre en la entrada a la ría de A Coruña, en la zona conocida como punta Herminia (frente a la Torre de Hércules), se produjo por "la falta de vigilancia eficaz de la navegación por parte de su patrón durante el acercamiento al puerto de A Coruña". Así de contundente es el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) -publicado la semana pasada- sobre el siniestro protagonizado por este pesquero coruñés, que se saldó sin heridos (los ocho tripulantes salieron ilesos) y el buque pudo ser remolcado al muelle de A Palloza y posteriormente reparado.

La investigación de los expertos del organismo independiente adscrito al Ministerio de Fomento revela que la embarcación enfilaba la entrada a la ría de A Coruña con el piloto automático puesto y que el patrón no realizó ninguna maniobra para evitar que el pesquero terminara embarrancando en las rocas. Los investigadores se basan en los datos facilitados por el sistema de identificación automática de buques AIS, que contradicen la versión dada por el patrón sobre lo sucedido.

El mando del Nuevo Mugardos -con más de tres años de experiencia al frente del gobierno del buque en numerosas campañas de pesca en aguas de Gran Sol, según el informe- aseguró a los expertos de la Ciaim que el pesquero navegaba con el piloto automático cuando, al hallarse próximo a la Torre de Hércules y tratar de enfilar hacia la entrada al puerto de A Coruña, comprobó que el timón no respondía al accionar el tiller (instrumento que a modo de pequeña palanca sirve para activar el timón). En ese momento, afirma el patrón, quitó toda la máquina y puso el piloto manual, "pero el timón seguía sin responder". Después avisó al jefe de máquinas mediante una pitada para que acudiese al puente de mando pero, antes de que llegase, el pesquero embarrancó en punta Herminia.

Las inspecciones realizadas por la Capitanía Marítima de A Coruña tras el accidente, sin embargo, desvelaron que todos los daños que tenía el barco fueron causados por el impacto contra las rocas. "El hecho de que no se encontrasen durante la reparación otras averías en el sistema de gobierno indica que con probabilidad el sistema de gobierno estaba operativo antes del accidente. Por tanto no parece probable una avería en este sistema que dejase sin gobierno al buque antes de la embarrancada", resalta el informe del accidente del Nuevo Mugardos.

Una vez constatado que los equipos de control del arrastrero no fallaron, los investigadores se basan en los datos del AIS para afirmar que el patrón "no llevó a cabo ninguna acción para tratar de evitar que el pesquero terminara embarrancando", porque no modificó la velocidad ni adoptó otras medidas para evitar el encallamiento de la embarcación en el entorno de punta Herminia. Los datos del sistema AIS en los últimos 30 minutos anteriores al accidente revelan que el buque "no presentó ningún problema" para mantener constantes, por medio del piloto automático, los parámetros establecidos de navegación: un rumbo de 147 grados y una velocidad promedio de 8 nudos. "Esto refuerza la hipótesis anterior de que el sistema de gobierno funcionaba correctamente", sentencian los expertos de la Ciaim.

Las condiciones meteorológicas adversas y la cercanía de la costa, recuerdan los investigadores, aconsejaban adoptar medidas de seguridad como comprobar el sistema de gobierno en modo manual, revisar el correcto funcionamiento de los mandos del motor propulsor o comprobar el radar y sus alarmas. "Por todo ello existen razonables indicios para pensar que, momentos antes del accidente, no se siguieron las disposiciones del convenio internacional sobre normas de formación, titulación y guardia para el personal de los buques pesqueros (STCW-F, Capítulo IV)", lamentan.

El análisis de lo ocurrido en el siniestro del arrastrero lleva a los expertos a concluir que el accidente se produjo por la falta de vigilancia eficaz de la navegación por parte del patrón en su acercamiento al puerto, aunque los investigadores "no han podido determinar con certeza los factores que provocaron dicha falta de vigilancia".

El informe del siniestro no incluye recomendaciones pero sí lecciones de seguridad: "Queda de manifiesto la importancia de mantener en todo momento la vigilancia eficaz de la navegación así como las graves consecuencias que su incumplimiento puede llegar a ocasionar". "En relación con lo anterior, la aproximación a la costa gobernando el buque con el piloto automático supone un riesgo que puede tener graves consecuencias", concluye el informe sobre el accidente del Nuevo Mugardos.

Los primeros datos analizados por los expertos tras el accidente del pesquero Santa Ana frente al cabo Peñas (Asturias), el pasado 10 de marzo con el resultado del fallecimiento de ocho de sus nueve tripulantes, apuntan a una situación muy similar a la registrada en el caso del Nuevo Mugardos.

Los datos registrados por el Sistema de Identificación Automática (AIS) de buques muestran que la travesía realizada por el arrastrero de capital gallego y bandera portuguesa desde que abandonó el puerto de Avilés fue en línea recta, sin ningún mínimo giro a babor o estribor.

El pesquero salió de la dársena asturiana a alrededor de las 04.15 horas y a las 04.40 realizó el último giro rumbo noreste, dejando el faro de Avilés a su derecha, para iniciar la ruta hacia los caladeros. Unos cinco minutos después, a las 04.45 horas, aumentó la velocidad -pasó de navegar a unos 5 o 6 nudos, a superar los 8 o 9- y su trayectoria pasó a ser ya en línea recta. A esta hora aproximadamente, según la ruta mostrada por el Sistema de Identificación Automática, debió ser el momento en el que los tripulantes activaron el piloto automático de la embarcación. A las 05.17 horas, último punto marcado en la travesía del arrastrero gallego, el barco ya se encontraba en el entorno de la zona rocosa de la isla Erbosa y a una velocidad de 9,1 nudos, por lo que justo antes del impacto no hubo ni reducción de velocidad ni cambio de dirección de la embarcación.

Estos datos refuerzan la hipótesis del único superviviente del Santa Ana de que el fallo pudo partir de una mala planificación en la ruta del pesquero y de que ningún tripulante estaba en el puente de mando cuando encalló, porque nadie se percató de que el barco se acercaba a una zona peligrosa.