Corrupcion en la Autoridad Marítima de Panamá

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En Panamá, la Asociación de Oficiales de Marina Mercante denunció que la corrupción dentro de la Autoridad Marítima está acabando con el prestigio de los profesionales del mar en ese país.
 
Panamá cuenta con unas 9 mil naves registradas, el mayor número a nivel mundial, y tal vez con el mayor número de marinos titulados, pero por la venta de licencias.

La situación se agravó en 2011, cuando la Autoridad le dio exclusividad a la empresa Orión, creada por allegados a la institución, para que certificara las licencias de marinos de otros países. Esto le ha dado ganancias multimillonarias a Orión en pocos años, pero también desprestigio al marino panameño.

Los gremios exigen al presidente electo Juan Carlos Varela que destituya al actual director de la Autoridad Marítima de Panamá, Roberto Linares, cuñado del actual mandatario Ricardo Martinelli y que se realice una auditoría a toda la institución.

Solo entre enero y marzo de este año se habrían distribuido unas 19 mil licencias de oficiales de marina a todo el mundo, vendidas por las escuelas panameñas con la firma de la Autoridad Marítima de Panamá.

Claudia Figueroa, Ciudad de Panamá.
eha/nii/
 
COMENTARIOS DE AEMC
 
 

La marina civil está inmersa en un proceso degenerativo a nivel mundial. A los escándalos que aquí se denuncian, hay que sumar la progresiva militarización de la marina civil en muchos países. México y otros países de América Central y América del Sur son un buen ejemplo. La siniestralidad de la flota civil, lejos de reducir sus altos índices de accidentes, se mantiene en cotas intolerables. Las banderas de Conveniencia y los registros de tenderete continúan avanzando y burlando alegremente las normas más elementales de seguridad.  

La criminalización de los marinos civiles y especialmente de los Capitanes de la Marina Civil ya es una moda de ámbito internacional. Lo ocurrido con el "Costa Concordia" y hace poco más de un mes con el buque coreano “Sewol” resulta indignante para cualquier persona con un mínimo sentido de la justicia. Sin embargo, la OIT y la Organización Marítima Internacional, con su Secretario General al frente, muestran una pasividad inconcebible. Su silencio y su tolerancia ante unos hechos realmente graves, que socaban los pilares de la seguridad marítima y degradan la seguridad de la vida humana en la mar y la protección del medio marino, son un mal síntoma.

Sirvan este breve comentario de llamada de atención a Mr. Koji Sekimizu, Secretario General de la IMO (Organización Marítima Internacional), cuya actuación al frente de la máxima organización marítima a nivel mundial, bajo la perspectiva de la marina Civil, está resultando nefasta. Su condición de tecnoburócrata carente de experiencia en navegación, ha vuelto a poner de manifiesto la incapacidad de este tipo de personajes para dirigir los destinos de la Marina Civil.

Es deseable que acabe cuanto antes su mandato.