- Se quiere inaugurar en noviembre y que hasta entonces el museo acoja exposiciones de alumnos de la UPV
- La muestra pretende hacer un recorrido por la histórica relación de Benidorm y la Marina y como ésta ha influido en el carácter cosmopolita y la forma de vida de la ciudad en el último siglo y medio
El museo Boca del Calvari no cerrará sus puertas en cuanto se desmonte en junio la exposición conmemorativa del 275 aniversario del hallazgo de la Mare de Déu del Sofratge. Las concejalías de Cultura y Patrimonio Histórico han programado tres exposiciones temporales más que permitirán que el museo siga abierto al menos hasta enero. Y después, ya se verá.
Porque todavía sigue sin estar claro cómo se va a gestionar el primer museo de la ciudad. La última propuesta sobre la mesa era que la Universidad de Alicante (UA) se hiciera cargo; una opción que la titular de Cultura y Patrimonio Histórico, Eva Mayor, no comparte, ya que aunque reconoce la labor de la UA considera que sería una lástima que Benidorm perdiera la oportunidad de decidir cómo y qué se hace en Boca del Calvari. Una valoración que ha hecho “como ciudadana”, toda vez que apenas le quedan dos meses al frente de estas concejalías. Y de ahí que haya pedido a la futura corporación que en el presupuesto de 2016 incluya dinero para esta infraestructura cultural.
Pero mientras esta cuestión se resuelve, Mayor ha adelantado que a mediados de junio comenzará la primera exposición temporal, en la que se exhibirán los trabajos de los mejores alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) que finalicen el grado de Bellas Artes. En septiembre y octubre llegará el turno de los alumnos del Máster de Bellas Artes de la misma universidad. Y ya en noviembre será el momento del plato fuerte: una exposición sobre la Marina Mercante organizada por la Concejalía de Patrimonio Histórico comisionada por el responsable del departamento, Antonio Couto, y por dos apasionados de la historia como César Evangelio y Eusebi Chiner.
Según han explicado los implicados, esta muestra pretende hacer un recorrido por la estrecha relación histórica que Benidorm ha mantenido con la Marina Mercante y cómo ésta ha influido en el carácter cosmopolita de la propia ciudad y sus gentes durante el último siglo y medio.
Y es que, tal y como han recordado los comisarios, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX muchas familias de Benidorm vivían ligadas al mar como capitanes, pilotos, pósitos de puerto o personal de abordo de buques que cruzaban los océanos y recorrían prácticamente todos los continentes transportando mercancías y pasajeros. Esos hombres de la Marina, muchos de ellos vinculados a la Compañía Transatlántica, no conocían el interior de la Península pero sí las ciudades más importantes del mundo con puerto y países remotos: Nueva York, Manila, Puerto Rico.
Cuando la crisis de estas compañías mercantes empezó a hacerse patente, algunos de aquellos hombres que habían estado toda o parte de su vida unidos al mar, abrieron “los primeros hoteles y hostales” de Benidorm “completando así el círculo” entre el pasado y el presente de la ciudad, ha apuntado Chiner.
En este recorrido por el vínculo entre Benidorm y la Marina Mercante se pretenden mostrar documentos relativos a la presencia de benidormenses en las diferentes compañías navieras y también objetos que les acompañaron en sus travesías: instrumentos de navegación, compases de bitácora, sextantes o libros de navegación. Y otros que forman parte del ámbito más personal como cartas a sus familias, postales -muchas de ellas con la imagen de los barcos en los que estaban enrolados-, uniformes, insignias o armas.
Las Concejalías de Patrimonio Histórico y Cultura disponen de documentación propia, aunque ahora tendrá que iniciar una ardua labor para completar esta exposición contactando con los descendientes de esas familias marineras. Y también con algunos de los últimos marineros que aún viven y cuyo testimonio es, sin duda, un valor añadido. Con estos últimos marineros se plantea realizar actividades paralelas para que relaten sus vivencias y anécdotas en conferencias o mesas redondas.