¿Está haciendo lo suficiente la industria naviera para abordar su huella de carbono?
El sector naviero, responsable de aproximadamente el 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), se encuentra bajo una presión cada vez mayor para reducir su impacto ambiental. En julio de 2023, la Organización Marítima Internacional (OMI) adoptó una nueva estrategia para lograr emisiones netas de GEI cero para 2050 o alrededor de esa fecha. Este ambicioso plan también incluye objetivos provisionales de reducción del 20% para 2030 y del 70% para 2040 en comparación con los niveles de 2008.
El camino hacia el cero neto
Para alcanzar estos objetivos, el sector del transporte marítimo debe experimentar cambios importantes, incluida la adopción de combustibles alternativos y tecnologías innovadoras. La estrategia revisada de la OMI exige que al menos el 5% de la energía utilizada en el transporte marítimo internacional provenga de fuentes con emisiones de GEI nulas o casi nulas para 2030. Para lograr este objetivo será necesario un esfuerzo concertado de las partes interesadas públicas y privadas para invertir en investigación, desarrollo e implementación de soluciones como el hidrógeno verde, el amoníaco y el metanol.
Medidas políticas e iniciativas globales
La Unión Europea ha adoptado una postura proactiva al integrar las emisiones marítimas en su Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) a partir de enero de 2024. Esta política obliga a los grandes buques que entran en los puertos de la UE, independientemente de su matrícula, a rendir cuentas de sus emisiones de CO₂. La medida pretende impulsar una mayor eficiencia energética y el uso de tecnologías bajas en carbono, posicionando a la UE como líder en regulación medioambiental dentro del sector del transporte marítimo.
Los países de todo el mundo están tomando medidas para abordar las emisiones del transporte marítimo, reconociendo el papel fundamental que desempeña este sector en el comercio mundial y su impacto en el cambio climático. En otras regiones se están debatiendo políticas similares al ETS de la UE, a medida que los gobiernos se esfuerzan por alinear sus objetivos ambientales con los acuerdos internacionales sobre el clima.
Respuestas de la industria
Los principales actores de la industria también han aumentado sus compromisos de reducción de emisiones. Por ejemplo, Maersk, una de las navieras más grandes del mundo, se ha comprometido a alcanzar emisiones netas cero para 2040. La empresa ya ha realizado inversiones sustanciales al encargar 20 buques propulsados por metanol verde y reacondicionar 60 buques existentes para que funcionen con tecnología de combustible dual. A pesar de estos avances prometedores, desafíos como los mayores costos del combustible y la disponibilidad limitada de metanol verde siguen siendo obstáculos importantes.
Innovaciones y desafíos tecnológicos
Los avances tecnológicos son cruciales para la descarbonización de la industria. En octubre de 2024, el mundo fue testigo de un gran avance cuando un remolcador propulsado por amoníaco de producción limpia completó su viaje inaugural. Este logro subraya el potencial de los combustibles alternativos para transformar el transporte marítimo. Otras innovaciones incluyen sistemas de propulsión asistidos por el viento, motores híbridos y buques de transporte marítimo de corta distancia electrificados, todos ellos contribuyendo a la reducción de emisiones.
Sin embargo, la dependencia de la industria de los combustibles fósiles y la necesidad de reformas sustanciales de la infraestructura plantean desafíos considerables. La transición a fuentes de energía sostenibles requiere esfuerzos globales coordinados que involucren a los gobiernos, las autoridades portuarias, los proveedores de combustible y las compañías navieras.
El costo de la descarbonización
Las implicaciones financieras de la transición a combustibles más limpios son sustanciales. El costo estimado de adoptar y ampliar tecnologías de combustibles alternativos puede ser prohibitivo, especialmente para los operadores de transporte marítimo más pequeños. El análisis de costos de CPZ Architects del proyecto de contenedores de Delray Beach, por ejemplo, ilustra el problema más amplio: el desarrollo sostenible a menudo conlleva un precio significativo. El costo estimado de la transición de la industria naviera mundial asciende a billones de dólares, lo que impulsa los llamados a una mayor inversión pública y privada.
Las tecnologías ecológicas, como las pilas de combustible de hidrógeno y los motores de amoníaco, siguen en fase de desarrollo, lo que las hace más caras que las opciones tradicionales. Garantizar la asequibilidad y la disponibilidad de estas tecnologías será crucial para alcanzar los objetivos de descarbonización a largo plazo.
Soluciones colaborativas
El camino hacia las emisiones netas cero requerirá niveles sin precedentes de colaboración entre las partes interesadas. Las alianzas entre gobiernos, instituciones de investigación y empresas privadas son esenciales para acelerar la innovación e implementar soluciones prácticas. La formación de alianzas e iniciativas como los Principios Poseidón y la Coalición para llegar a cero demuestran que la acción colectiva es posible y eficaz.
“Lograr el cero neto en la industria naviera no solo requerirá opciones de combustible más limpias, sino también un cambio de paradigma en la forma en que abordamos la logística marítima”. — Experto de la industria
Si bien el sector del transporte marítimo ha logrado avances notables en la lucha contra las emisiones de GEI, el camino hacia el objetivo de cero emisiones netas a mediados de siglo sigue siendo complejo y plagado de desafíos. Para encaminar el transporte marítimo hacia un futuro más sostenible, será necesario un compromiso constante, apoyo político e innovación tecnológica. Solo mediante esfuerzos globales coordinados, el sector podrá sortear las turbulentas aguas de la descarbonización y emerger más ecológico y resiliente.