La decisiva victoria electoral del futuro presidente Donald Trump ha hecho que las acciones de energía se disparen, mientras que la reacción inicial de los inversores en el resto de la industria parece mixta. Las navieras podrían enfrentar vientos en contra en el futuro, según las primeras transacciones de Maersk, Zim y Hapag-Lloyd, entre otras. 

Trump ha prometido abrir las compuertas a las compañías de petróleo y gas, prometiendo una orientación de “perforar, perforar, perforar” hacia la regulación. La producción petrolera estadounidense se encuentra actualmente en un máximo histórico, y el mercado mostró expectativas de que podría subir aún más si los productores enfrentaran menos restricciones. Al mismo tiempo, la posibilidad de sanciones más severas a Venezuela e Irán podría reducir las exportaciones netas globales de petróleo bajo una nueva administración Trump, señalaron los analistas de Goldman Sachs. 

En las primeras operaciones del miércoles, las empresas estadounidenses de energía, perforación y buques cisterna mostraron un sólido desempeño. El líder de perforación en alta mar Transocean subió casi un tres por ciento; el operador de barcazas fluviales Kirby subió más del seis por ciento; Chevron subió un tres por ciento; y Exxon subió un 1,5 por ciento. 

Shell, BP y Equinor, todos ellos actores activos en el sector petrolero del Golfo de México, cayeron en las primeras operaciones, incluida una caída del 4% en el caso de Equinor. El precio del petróleo Brent, de referencia mundial, se mantuvo estable. 

Trump también ha prometido aumentar radicalmente los aranceles a las importaciones de bienes, en particular de China. Si se lleva a cabo, esa promesa de campaña podría obstaculizar los volúmenes de carga en contenedores, especialmente en las rutas comerciales transpacíficas. Las acciones de las empresas de transporte de contenedores que cotizan en bolsa cayeron en las primeras operaciones, encabezadas por Maersk (8 por ciento), NYK (9 por ciento) y Hapag-Lloyd (10 por ciento).

El presidente electo se ha comprometido a poner fin a la industria eólica marina estadounidense mediante una orden ejecutiva "desde el primer día", y los inversores del sector han reaccionado al cambiante entorno regulatorio. El líder del mercado, Orsted, perdió un 15 por ciento de su valor el miércoles, seguido por el constructor de turbinas Vestas, que cayó un 13 por ciento. Siemens Energy, propietario del fabricante de turbinas Siemens Gamesa, cayó un 2 por ciento.