El grupo español Navantia está en conversaciones con el Gobierno británico para incrementar en 300 millones de libras (aproximadamente 360 millones de euros) el valor del contrato que tiene con el Ministerio de Defensa del Reino Unido. Este acuerdo, que asciende actualmente a 1.600 millones de libras (unos 1.920 millones de euros), está destinado a la construcción de tres buques logísticos para la Flota Auxiliar de la Marina Real británica. La ampliación llevaría el contrato a 1.900 millones de libras (2.280 millones de euros) a cambio de que Navantia se comprometa a rescatar a su socio en el proyecto, el astillero norirlandés Harland & Wolff, actualmente en administración concursal.
La empresa española pretende ayudar a Harland & Wolff, que se declaró insolvente en septiembre tras no conseguir un préstamo gubernamental de 200 millones de libras (240 millones de euros). Este astillero de Belfast, conocido por haber construido el Titanic, ha enfrentado dificultades financieras en varias ocasiones en los últimos cinco años. Junto a BMT, Harland & Wolff fue seleccionado como socio de Navantia para el contrato Fleet Solid Support (FSS), que ha llevado parte de la fabricación a los astilleros de Puerto Real, en Cádiz.
El proyecto FSS, considerado el mayor contrato de exportación de Navantia, está orientado a desarrollar tres buques auxiliares que se construirán en varias ubicaciones: Puerto Real (Cádiz), Belfast (Irlanda del Norte) y Appledore (Inglaterra). Navantia también ha incorporado en este programa su tecnología “Astillero 4.0” y el diseño de BMT, lo que hace de este programa una apuesta estratégica para el grupo español.
Navantia ha inyectado liquidez en Harland & Wolff en las últimas semanas para permitir la continuidad de sus operaciones mientras explora alternativas para asegurar el cumplimiento del programa FSS. La empresa española, propiedad de la SEPI, espera que esta ampliación del contrato permita salvar 1.200 empleos en Harland & Wolff, distribuidos entre sus centros en Belfast, Escocia y Devon, al tiempo que garantizaría los compromisos del programa FSS.
Fuentes cercanas al proyecto han destacado que el objetivo de Navantia no es presionar al Gobierno británico, sino que la modificación contractual refleje los costes crecientes del proyecto. Navantia confía en que las autoridades británicas acepten la mejora de las condiciones y permitan el salvamento de Harland & Wolff, cuya viabilidad es crucial para el avance del proyecto.