Tras una orden judicial para desalojar su antiguo amarre en Filadelfia, el histórico trasatlántico SS United States necesita un nuevo hogar. El condado de Escambia, en Florida, tiene una propuesta controvertida: un comisionado quiere comprar el buque a sus actuales propietarios y hundirlo como atracción para buceadores. Si se aprueba, las elegantes líneas del barco se conservarían y serían accesibles al público; aunque la instalación de arrecifes no es una alternativa preferida por la organización sin fines de lucro que gestiona el barco, la otra opción restante podría ser el desguace, advirtió un miembro de la junta en una declaración el mes pasado. 

El SS United States fue construido en 1952 para United States Lines y fue diseñado para ser el transatlántico más rápido jamás construido. Cumplió esa promesa y todavía mantiene el récord de velocidad promedio en la historia. El gobierno de los EE. UU. cubrió aproximadamente el 70 por ciento del costo de construcción con la condición de que el barco pudiera ser requisado como transporte de tropas y, como resultado, fue construido según los estándares de supervivencia de la Marina de los EE. UU. Con ocho calderas, cuatro turbinas de vapor y cuatro ejes, podía desarrollar 240.000 caballos de fuerza y alcanzar una velocidad máxima de 38 nudos (y algunos afirman que la cifra es mayor). Batió los récords de velocidad promedio en dirección este y oeste para una travesía transatlántica en su viaje inaugural en 1952, y todavía mantiene ambos récords en la actualidad. 

El SS United States estuvo en servicio comercial hasta 1969, cuando los nuevos propietarios corporativos decidieron retirarlo. Aunque todavía estaba en condiciones de servicio, el barco era costoso de operar y había perdido dinero de manera constante durante años. Pasó a manos de la Administración Marítima en 1973 y, como muchos buques de pasajeros fuera de servicio con un pedigrí histórico, sufrió múltiples cambios de propiedad a medida que los posibles desarrolladores lo adquirían, para luego declararse en quiebra o abandonar sus planes comerciales. Fue comprado por SS United States Conservancy en 2011, que tenía planes de convertirlo en un casino frente al mar, un centro comercial, un museo, un hotel o un complejo residencial; aunque varias partes bien calificadas entablaron conversaciones serias a lo largo de los años, no se ha materializado un comprador permanente. 

En 2021, el propietario del muelle semipermanente del barco en Filadelfia decidió duplicar el alquiler diario y cancelar el contrato de arrendamiento con la entidad conservacionista. En junio de este año, tras una larga batalla judicial, el SS United States perdió su caso: un juez de un tribunal federal de Filadelfia ordenó que el barco fuera retirado antes del 12 de septiembre. Hasta el momento, la entidad conservacionista sigue buscando un destino adecuado. 

Los funcionarios del condado de Escambia, Florida, están considerando la posibilidad de ofrecer una solución: limpiar y hundir el barco en aguas lo suficientemente poco profundas como para atraer a los buceadores. El lugar estaría cerca del USS Oriskany, otro destino popular frente a la costa del Golfo de Florida. El coste de la propuesta ascendería a unos 10 millones de dólares, pero los organizadores creen que la actividad económica derivada de los visitantes adicionales pagaría con creces el precio en las próximas décadas (sin gastos continuos como el alquiler del muelle o el mantenimiento). El comité asesor marino del condado ya ha empezado a recaudar fondos para comprar el barco, según el Pensacola News Journal, y el miembro de la junta del condado Jeff Bergosh está de acuerdo con la idea. 

La junta de conservación preferiría encontrar un hogar en el muelle para el SS United States , pero dadas las circunstancias, está dispuesta a considerar la posibilidad de construir arrecifes, especialmente si pudiera haber un museo en la costa cerca para albergar los artefactos del barco. 

"Mientras Conservancy continúa su búsqueda exhaustiva de posibles atracaderos para el barco, estamos abiertos a explorar la posibilidad de construir un arrecife como escenario de respaldo", dijo la junta directiva del grupo en un comunicado. "Si bien convertir el barco en un arrecife artificial submarino claramente no es nuestra primera opción para el futuro del buque insignia de Estados Unidos, presenta varias ventajas sobre el desguace del barco, incluida la retención de su potencial económico y turístico para aquellos dispuestos a invertir en tal escenario".