Fracaso del registro de canarias ( AEMC)

Las pocas inscripciones de barcos en el registro especial de Canarias fuerzan su reforma

 

 
portacontenedores msc 
 
El portacontenedores 'MSC Nueva York' entra en el Puerto de Las Palmas. | © LA PROVINCIA

El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana un proyecto de ley que reformará las normas principales del derecho marítimo español para proporcionar más seguridad jurídica al sector y mejorar la competitividad de los puertos y de las navieras.

Los cambios previstos en la Ley de Navegación y en la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante afectarán al Registro Especial de Buques de Canarias (Rebeca), pues uno de los objetivos principales de la reforma es actualizar el marco normativo de la administración marítima «mediante la creación de registros más ágiles para atraer armadores y generar puestos de trabajo», según el acuerdo difundido por el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible.

Los cambios normativos en el registro canario persiguen «atraer nuevos armadores y buques a la bandera española» para «revertir la tendencia decreciente» del número de buques inscritos en el Rebeca «durante las últimas dos décadas», además de «generar nuevas oportunidades profesionales y laborales». El Registro Especial de Buques de Canarias se creó en 1992 con la finalidad de proporcionar mayor competitividad a las empresas navieras de España a través de una serie de incentivos. Surgió, igual que en otros países europeos durante la década de los 80, como respuesta al descenso de la flota mercante registrada.

Ventajas fiscales

Por eso se constituyó en Canarias un segundo registro nacional y se ofrecieron ventajas o beneficios a los armadores que inscribieran sus buques en él. La iniciativa estaba destinada a contrarrestar el auge de las banderas de conveniencia y la competencia desleal, con menores costes laborales y fiscales en los países no comunitarios que promueven esos pabellones de conveniencia.

En los últimos 20 años, sin embargo, el Rebeca ha perdido capacidad para captar buques que naveguen bajo bandera española, tal y como reconoce el propio Ministerio de Transporte en la tramitación de su reforma.

Descenso histórico

A modo de ejemplo, a principios de este año, el número de buques mercantes que navega bajo pabellón nacional estaba por debajo del centenar de unidades, lo que supone un mínimo histórico para el sector.

Entro los cambios normativos previstos para impulsar la competitividad destaca actualizar el régimen de nacionalidad española o de la UE que se exige al capitán, el primer oficial y el 50% de la tripulación, que no se va a calcular sobre toda la dotación del buque, sino por el mínimo necesario para garantizar la seguridad del barco.

Tampoco se exigirá cumplir con el requisito del arqueo bruto a los buques y las embarcaciones de más de 15 metros de eslora que desarrollen una actividad con fines comerciales o lucrativos. En esta medida se incluye a la náutica de recreo, aunque el proyecto apuesta por la creación de un registro específico para este sector, que tendrá su sede en Ceuta y Melilla.

Mayor agilidad

Los cambios normativos, en definitiva, buscan «modernizar» la gestión del Registro Especial de Canarias, destaca el Ministerio, con unas tramitaciones más ágiles y atractivas para los armadores, que ahora tendrán más margen para elegir la nacionalidad de las tripulaciones, cumplir con los requisitos y poder beneficiarse del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), un instrumento al que da acceso la inscripción del buque en el Rebeca.

La otra gran novedad del proyecto de ley para favorecer la navegación bajo pabellón español es la creación de un nuevo Registro Especial de Buques y Embarcaciones de Recreo. Este sistema está pensado para captar embarcaciones deportivas o de recreo que estén destinadas a la explotación comercial. Las oficinas de gestión se ubicarán en las Capitanías Marítimas de Ceuta y Melilla.

Asimismo, desaparece el régimen de importación y exportación de buques y, en su lugar, se da sustantividad propia a la navegación de recreo. Esto implica que los buques o embarcaciones de recreo abanderados en otros estados, pero cuyos titulares residan en España, estarán sujetos a las normas nacionales de seguridad y de protección del medio marino, explica el Ministerio de Transportes y de Movilidad Sostenible.

Trámites simplificados

También se prevé un régimen simplificado de inscripciones en el Registro de Buques y Empresas Navieras para las embarcaciones de recreo y para las motos náuticas, con el objetivo de poner orden y acabar con la disparidad de formas de inscripción que existen en la actualidad. Las matriculaciones en el sector de la náutica de recreo aumentan todos los años, con varios récords consecutivos tras la pandemia. De ahí la necesidad mejorar el control sobre barcos de recreo y motos de agua.- M. Reyes / LA PROVINCIA

 COMENTARIOS DE AEMC

Lo esencial para competir en un mercado abierto es tener profesionales  y barcos capaces de satisfacer las exigencias de una demanda cada vez más exigente y selectiva.

España actualmente carece de capacidad para ofrecer ese tipo de barcos. 

Otro de los elementos esenciales es contar con equipos profesionales de alto nivel para gestionar de forma eficaz y eficiente las distintas áreas del complejo mundo del “shipping”.

Lamentablemente, en España, abundan los sectarismos navales egocéntricos, los militarismos náuticos acaparadores, la fragmentación de las administraciones marítimas tanto a nivel central como regional, la ausencia generalizada de cultura marítima y el empeño en infrautilizar las posibilidades de las Escuelas Superiores de la Marina Civil. Todo ello junto ha desembocado en un fracaso histórico que se perpetúa en el tiempo.

Es evidente que, frente a este diagnóstico, de fácil comprobación, la solución no consiste en seguir degradando las condiciones de vida y trabajo de los marinos civiles, ni en su reiterado desprestigio, ni en las ocurrencias y frivolidades de gentes carentes de formación y experiencia en el ámbito de la Marina Civil. España no debería seguir aferrada al modelo “Prestige” ni a la aberrante ley de Puertos.