Los fondos acreedores de Naviera Armas ganan la batalla legal a Santander, CaixaBank y Sabadell

 

 

 

 

El juez avala la aplicación del plan de reestructuración que presentaron los bonistas, que les permite tomar el 80% del capital

Un buque de Naviera Armas. 
Un buque de Naviera Armas.

El juez ha dado la razón a los fondos acreedores en el rescate de Naviera Armas. Ha acordado autorizar el plan de rescate de la naviera, que supone que tomen el 80% del capital y reduzcan su pasivo, de 445,9 millones. El plan supone también dejar a Santander, CaixaBank y Sabadell sin un euro de los 64 millones que inyectaron en la firma con aval del ICO.

La justicia ha dirimido a favor de los bonistas de Naviera Armas en la disputa que les ligaba con la banca española. Los fondos acordaron con la familia Armas, hasta ahora máximo accionista de la compañía canaria, un plan para reducir su endeudamiento. Este pasa por reducir el pasivo desde los 445,9 millones a los 178 millones gracias a un proceso de recapitalización de deuda y conversión en capital. También han acordado inyectar hasta 73,3 millones al grupo para cubrir sus necesidades de liquidez mientras se cierra esta refinanciación.

A cambio, este grupo de inversores, que representan a más del 80% de los tenedores de los bonos se harán con el 94% del capital. El histórico dueño, la familia Armas, retendrá una participación minoritaria, del 6%.

El acuerdo supone también una quita para toda la deuda al margen de estos bonos. Esto supone reducir a cero el valor de los 50 millones que inyectó la banca, con aval del ICO, durante el Covid-19. Esta es la primera vez que el organismo público se ve obligado a asumir pérdidas por las líneas de avales desplegadas durante la pandemia. La ley concursal permite que si los acreedores alcanzan una solución para garantizar la viabilidad en una empresa con problemas, puedan arrastrar a los accionistas y a otros acreedores.

Esta última cláusula ha levantado las suspicacias de la banca. Santander, CaixaBank y Sabadell, así como el ICO, han tratado de bloquear la aplicación de este plan. Su intención es que se les aplique unas condiciones iguales a las de los bonistas, si bien estos gozan de mayor protección por impagos. Peor les parece que los accionistas hayan rascado más, un 6% del capital, cuando sobre el papel los accionistas son los últimos en cobrar en caso de quiebra de una empresa. Los bancos aún podrán impugnar la decisión judicial, algo que no permitirá paralizar la ejecución del plan.

Es la segunda reestructuración que afronta Naviera Armas en menos de dos años. En 2021, los acreedores inyectaron en la compañía 160 millones. Ya entonces capitalizaron 245 millones de deuda, que pasó de los 610 a los 366 millones, y obtuvieron la mayoría de los derechos económicos de la empresa. La familia Armas consiguió retener la mayoría de los derechos políticos, que ahora pierde finalmente, tras la venta de un buque.

Houlihan Lokey ha trabajado en la transacción como asesor financiero de los acreedores. FTI Consulting se ha encargado de la preparación del plan de transformación y mejora de las operaciones de la compañía.